Un perro que fue atropellado y quedó paralítico, ahora anda en silla de ruedas

Los golpes afectaron sus vértebras lumbar 4, 5 y 6. Era tan crítico su estado, que la persona que lo recogió sugirió aplicarle la eutanasia y evitarle tanto sufrimiento.

Atropellado, fue llevado a la clínica de pequeños animales de la facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad del Tolima. El diagnóstico no fue nada halagador.

Pero, cuando parecía tener sus minutos contados, estudiantes de la facultad se empeñaron en sacarlo adelante y lo sometieron a una lluvia de tratamientos. Todo marchaba bien hasta que notaron que el accidente dejó sin movimiento sus patas traseras.

Ahora, el reto era buscar una solución a su parálisis y lograr que el animal se desplazara por sí mismo.

Félix Medina y Ricardo Muñoz, estudiantes de octavo
semestre de Veterinaria y Zootecnia, se convirtieron en sus benefactores. Los muchachos adoptaron al cachorro barcino de 9 meses, le dieron techo y comida y le echaron cabeza a una silla de ruedas para él.

Con base en una idea de Félix, consiguieron tubos de PVC y un par se ruedas de triciclo y comenzaron a armarle la silla. Ensayaron una y otra vez hasta que finalmente, con una tela gruesa, dos días después tenían listo el singular aparato ortopédico.

Es una especie de 'cama' que se sujeta al cuerpo del perro sostenida con los tubos, que van unidos a las llantas. El perro se impulsa con las patas delanteras. "Cuando la estrenó ladraba de felicidad", dice Ricardo.

Esto ha convertido al perro en todo un 'personaje'. Ahora 'Jairo, como bautizaron los universitarios al animal para mofarse de un amigo al que poco le gustan los perros, se mueve y juega como si nada.

Un acto humanitario

Diego Echeverri, director de la Clínica de pequeños animales de la Universidad del Tolima, dice que más que un trabajo médico, los estudiantes desarrollaron un acto humano digno de destacar. "La demostración de amor debe servir de ejemplo para quienes maltratan a los animales", señala.

En el tratamiento se han invertido 600 mil pesos y los estudiantes organizan rifas y hasta bailes para financiar su recuperación total.

Con todo y aunque hoy es mascota de la Universidad y le han cogido cariño, los estudiantes andan buscando una familia que adopte a 'Jairo'.

Hoy, el animal, un perro criollo que siempre estuvo perseguido por pulgas y garrapatas, se pasea orondo y juguetón por las calles de Piedra Pintada, un exclusivo barrio de Ibagué en el que sobresalen los perros con pedigrí. Su vida se salvó de puro milagro.

El drama de los perros callejeros

Cada mes, según estadísticas, en las calles de Ibagué carros y motocicletas arrollan entre 15 y 20 perros criollos. En la ciudad se estima que hay al menos 8 mil perros callejeros.

Tania Liliana Botero, de la Sociedad Protectora de Animales, culpa de la mala racha de los animales a algunos conductores. "Hay muchos que no quiere nada con los cachorros y casi a diario tenemos atropellados", señala.

Los afectados son atendidos en las clínicas de la facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad del Tolima y en la Sociedad Protectora de Animales, que les hace tratamiento de recuperación en el albergue del barrio Hipódromo.

FABIO ARENAS JAIMES
Corresponsal EL TIEMPO
Ibagué