HISTORIA DE “NEGRITA”

Negrita es una Pastor Belga de aproximadamente
3 años, cuyo destino hasta el 24 de mayo del 2007,
fue vagar por las calles de San José.
Se desconoce por qué padeció tal suerte,
misma que la “premió” con un embarazo.
Al término de éste, ella encontró el abrigo
de un basurero improvisado en un lote baldío
ubicado en Avenida 6 y Calle 5 de San José
(detrás del Colegio Señoritas,
contiguo a una Comisaría de la Fuerza Pública).

En medio de cañas de bambú en proceso
de descomposición, canoas de techo retorcidas,
recipientes plásticos de todo tipo,
escombros de paredes demolidas y tierra
en abundancia, Negrita se dispuso a traer
al mundo el producto de su abultado vientre:
3 cachorritas y 3 cachorritos.

Durante mes y medio, Negrita hurgó entre
caños y basureros, para obtener cualquier
sustancia que se pudiera tragar y que
transformaría en leche para sus criaturas,
de tal suerte que las 6 crecieron robustas.

Durante mes y medio Negrita sorteó aguaceros
campales, vehículos en tránsito, patadas,
maltratos de indigentes que entraban
al terreno a drogarse y sabrá Dios
cuántas cosas más. Sin embargo, a pesar
de todo eso, sus hijos crecían bien alimentados
bajo el precario abrigo de los desechos urbanos.

Hasta el 24 de mayo se sostuvo esa situación,
porque ese día Pablo Mena, quien sostiene
heroicamente un refugio de rehabilitación
para mascotas maltratadas, rescató a Negrita
y a 3 de sus cachorritos.
A pesar de buscar insistentemente a los otros 3,
no se les encontró, pues se habían escondido
en una “caverna” aproximadamente a 1 metro
de profundidad. Éstos perritos fueron sacados
al día siguiente, es decir que pasaron una noche
lluviosa sin 3 de sus hermanitos y su mamá.

Actualmente, Negrita está en el Refugio
con 3 de sus bebés, de los cuales 1 ya tiene casa.
De los 3 animalitos que se rescataron el
25 de mayo, uno murió y 2 ya tienen muy
buenas casas, gracias a los buenos corazones
de la gente. Quiere decir que restan un cachorrito
y una cachorrita por ser adoptados.

Al parecer, la suerte para Negrita será regresar
a las calles (una vez que haya sido castrada):
a sus muy conocidas pero temidas calles;
a sortear nuevamente lo peor de la temporada
lluviosa, los desprecios de los seres humanos
(por quienes aún guarda un poco de recelo,
no con poca razón) y el hambre que,
por su maravilloso instinto maternal,
sus cachorritos nunca conocieron.

Si esta historia ha provocado que desees
evitar la futura suerte de Negrita,
y tus condiciones de espacio y cariño
hacia las mascotas te lo permiten,
ésta es tu oportunidad de “cambiar el futuro”
de un animalito, cuyo único pecado ha sido
ser un ejemplo de “entrega” a sus criaturas.

Dale casa a Negrita:
llama a Juan Diego Jiménez, al 397-3706

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