Muchos comentarios han despertado estos casos de bestialidad protegida tras el parapeto del arte, pero las instituciones que las patrocinan (desde las universidades hasta las galerías y museos) no son generosas en las explicaciones, sobre todo cuando sus protegidos despiertan el suficiente repudio entre la opinión pública. La respuesta a las preguntas de la prensa suele apelar a la libertad de expresión dentro de los ambientes académicos.
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Guillermo “Habacuc” Vargas el sociopata
viernes, abril 18, 2008 a la/s 7:36 p. m.
Etiquetas: Crueldad animal
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